Hoy nos vamos de visita a un hospital y, afortunadamente, no porque nadie esté enfermo sino, todo lo contario, para comprobar la buena salud del Modernismo catalán y sus edificios.
Efectivamente, hace poco que la ciudad de Barcelona recibía la buena noticia de que uno de sus recintos arquitectónicos más singulares, el del Hospital de Sant Pau, abría sus puertas después de un prolongado período de rehabilitación. Las obras han recuperado las estancias y las decoraciones más impresionantes de un edificio que ha estado vinculado desde hace años a la salud de los habitantes de Barcelona.

Una historia muy, muy larga de contar

Pero vamos a tratar de resumirla para poder dar una idea de su gran papel histórico en nuestra ciudad. ¿Preparados para remontarnos al siglo XV? En plena Edad Media se disponía de seis recintos hospitalarios en Barcelona pero eran insuficientes para atender a toda la población así que se construyó uno de los hospitales más grandes y modernos del momento: el Hospital de la Santa Cruz. Un edificio de estilo gótico de impresionantes dimensiones que aún se conserva entre las calles Hospital y Carme, perpendiculares a la conocida vía: La Ramblas. Durante más de 500 años ese fue el lugar central en el que se atendía a los enfermos, se daba caridad a los necesitados, e incluso se daba cobijo a los niños huérfanos. Allí nació el Real Colegio de Cirugía y allí en época de Felipe II incluso se representaba teatro. Poco había de pensarse que, andado el tiempo, allí se ubicarían el edificio alberga la Biblioteca de Catalunya y el Institut d’Estudis Catalans. Lo cierto es que al acabar el siglo XIX se hizo necesaria una decisión drástica. Había que trasladar y ampliar el Hospital. Y en ese momento el de la Santa Cruz empezó a convertirse en Sant Pau.

Silencio, se está construyendo un hospital en mitad del Ensanche

El banquero Pau Gil contribuyó enormemente a la edificación del nuevo centro ya que en su testamento manifestó la voluntad de que seconstruyese un hospital en su nombre. Y de ahí que se llame con dos nombres Sant Pau i de la Santa Creu, aunque sea conocido casi solo por el primero de ellos.

sant pau en 1928

Sant Pau. 1928

Obra del arquitecto catalán Lluís Domènech i Montaner (1850-1923), el nuevo hospital comenzó a construirse en 1902. Al morir toma el relevo su hijo Pere Domènech i Roura y en 1930 lo inaugura Alfonso XIII. Su estructura sigue la alegoría medieval de la cruz pero el arquitecto se guió por los criterios del moderno higienismo lo que le llevo a construir edificios de espaciosas dependencias, bien aireadas e iluminadas, aislados según especialidad pero conectados interiormente por una red de pasillos subterráneos. No olvidó proyectar bellos jardines que permitían a los enfermos tomar el sol en su convalecencia. El recinto ocupa nueve manzanas o islas del Distrito del Ensanche: un cuadro de unos trescientos metros de lado, dato que nos dará una idea aproximada de lo que significó urbanísticamente su ubicación en este lugar de la Ciutat Comtal. Como curiosidad decir que su orientación rompe con la cuadrícula propia del Eixample al estar 45º desviado se dice que para favorecer la entrada del viento procedente del mar. Aunque también se dice que para interrumpir la monotonía del trazado de calles de don Ildefonso Cerdà que a don Luis Domènech no le agradaba. Cosas de arquitectos.

Momento Rehab

bovedas sant pau

Interior

Por su belleza e importancia arquitectónica el conjunto había sido declarado, en 1978, Monumento Histórico Artístico de la ciudad y, en 1997, Patrimonio Mundial por la UNESCO pero todo tiene su desgaste y tras más de ochenta años de servicio ininterrumpido, el Hospital trasladó sus instalaciones sanitarias a un nuevo edificio adyacente. En el año 2006 varios estudios habían concretado que el edifico se hallaba en un estado de fatiga e infrautilización preocupantes. El año 2009 comenzaron las obras de rehabilitación y en 2014 se ha abierto al público un Sant Pau renovado que ha dejado boquiabiertos a propios y extraños.
Seguramente muchos de los habituales del hospital, médicos y pacientes, sospecharon los tesoros ornamentales y arquitectónicos del edificio. En un inicio se proyectó la edificación de más de cuarenta pabellones de los que se construyeron solo veintisiete y ahora se han rehabilitado siete: el Central, el de la Administración y los de Nostra Senyora de la Mercè, Santa Apol·lònia, Sant Jordi, Sant Salvador, Sant Leopold y Sant Manuel. Pabellones que no solo se abren al público sino que alojarán las sedes de importantes instituciones como la Casa Asia, la Universidad de Naciones Unidas, la Alianza de Operadores Mundiales de Agua, una oficina de la OMS, el Instituto Forestal Europeo, la Global University Network for Innovation vinculada a las cátedras de la UNESCO y el Programa de Perfiles de Resiliencia de las Ciudades.

Desde San Pau a Sagrada Familia

Es el momento de admirar la riqueza plástica que alberga el lugar con obras de los escultores Pablo Gargallo y Eusebi Arnau, las pinturas y mosaicos de Francesc Labarta o las admirables formas de hierro forjado de sus rejas y balcones obra de Josep Perpinyà. Es imprescindible detenerse en el Pabellón Central para distinguir su entramado de columnas que quiere representar eso jardín botánico medicinal que también estaba previsto diseñarse en los terrenos del Hospital y que, finalmente, no tuvo lugar.
Poco a poco los visitantes irán descubriendo los tesoros de este lugar, que para mí siempre ha tenido algo de castillo encantado, presidiendo desde su amplia escalinata central el inicio de la bella Avenida Gaudí en cuyo extremo opuesto se alza el, aún en construcción, Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Paseo ineludible.