Barcelona tiene edificios impresionantes, emblemáticos, conocidos internacionalmente, de una arquitectura sublime, espectacular o innovadora. Podemos poner muchos adjetivos a muchos de los edificios que hay en la ciudad y la mayoría de mentes lo relacionarán con el modernismo, el Paseo de Gracia o Gaudí.

El Gótico Civil Catalán

 

En una discreta posición encontramos otros edificios igualmente impresionantes que raramente se tienen en cuenta como grandes obras arquitectónicas de Barcelona ni por una parte de los habitantes de la ciudad ni por sus visitantes.

Me refiero a los grandes ejemplos que tenemos de gótico civil en Barcelona como lo son las Atarazanas Reales, sede del actual Museo Marítimo o el hospital de la Santa Cruz en el Raval uno de los edificios de gótico civil que encuentro más impresionantes.

Dentro de estos ejemplos de gótico civil en Barcelona, ​​hay uno que queda bastante escondido, porque hasta ahora no era visitable. Me refiero a la Lonja de Mar en Pla de Palau donde encontramos oculto dentro de las reformas neoclásicas, la antigua Lonja construida en tiempos de Pedro III el Ceremonioso, cuando Barcelona era una pujanza marítima del Mediterráneo y los comerciantes y cambistas necesitaban un espacio donde hacer sus negocios.

Hablamos de una época, durante los siglos XIV y XV, en que el condado de Barcelona tenía el dominio del comercio del Mediterráneo, cuando la ley marítima era la que se hacía en Barcelona y cuando las leyes del Consulado del Mar, creado en principios de siglo XIII regían los conflictos comerciales marítimos en el mundo conocido.

Sala de Contractaciona gran

Cataluña como potencia comercial

 

En Cataluña había una larga tradición comercial y marítima que propició una expansión por todo el Mediterráneo, tejiendo toda una serie de rutas marítimas que salían desde el puerto de Barcelona y que se consolidaron a lo largo de la edad media. De estas rutas, había 5 de principales:

  • La ruta del norte de África de donde se obtenían oro y esclavos.
  • La ruta interinsular que unía las islas de Mallorca, Cerdeña y Sicilia de donde se obtenía sobre todo cereal.
  • La ruta oriental que llegaba hasta Constantinopla y se transportaba algodón, especies y también esclavos.
  • La ruta de ultramar que unía Barcelona con la isla de Chipre y las ciudades del Mediterráneo oriental como Tiro, Damasco y Alejandría. Esta era la ruta por excelencia de obtención de las especies y era de una gran importancia.
  • La ruta de occidente hacia Bélgica, por el Atlántico hacia donde se distribuían los productos venidos de oriente hacia el resto de Europa.

Toda esta gran actividad, compleja y de muchos intereses comerciales hicieron indispensable su regulación afín de poder resolver los litigios y defender los intereses de los comerciantes catalanes.

El Consulado del Mar fue el organismo encargado de tratar las cuestiones marítimas y comerciales. Regido por dos cónsules y un juez de apelación que se basaban en el derecho marítimo catalán agrupado en el Libro del Consulado del mar, un conjunto de normas jurídicas que regularon el derecho marítimo de todo el Mediterráneo y que más tarde se adaptar en el Atlántico pasando a ser derecho internacional.

La importancia del Consulado del Mar fue capital, tanto es así que el significado actual de la palabra cónsul no deriva de su significado de la antigua Roma donde el Cónsul era la magistratura suprema, sino que lo hace del significado de Alcalde que se establecer en Barcelona y extendió delegaciones y su presencia por todo el Mediterráneo.

Terra medieval de la Sala de Contractacions
Rellotge de la Sala de Contractacions

Historia de la Llotja de Mar y sus diferentes usos

 

La Llotja de Mar se construyó justo frente al puerto medieval, un puerto natural formado por el istmo que conectaba el Pla de Palau hasta la isla de Maians.

Hasta este momento los negocios se realizaban en la calle, así lo recuerdan los nombres de las calles cercanos como el de Cambios Viejos y Cambios Nuevos. Será en estas calles donde los cambistas ponían sus tablas para realizar los cambios de moneda, préstamos o letras de cambio que permitían el comercio por todo el Mediterráneo.

Como curiosidad, podemos decir que el origen de la palabra «bancarrota», viene de esta época cuando los cambistas, que hacían su trabajo en unos bancos de madera, si tenían una actuación deshonesta las autoridades rompían su banco de madera con una maza. La palabra la hicieron popular los banqueros italianos y de ahí la «bancarrota» actual.

Toda esta actividad pasó a estar bajo cubierto con la construcción de la Llotja de Mar a finales de siglo XIV como sede del Consulado del Mar bajo el reinado de Pedro III el Ceremonioso. Este primer edificio estaba compuesto por la Sala de Contrataciones, donde se realizaban los intercambios comerciales y donde tenían un espacio también los cambistas, y de la Sala de los Cónsules en el piso superior.

El edificio perdió su funcionalidad original después de la guerra de sucesión en 1714, cuando durante unos 60 años fue destinado a cuartel militar donde residieron las tropas de Felipe V hasta la finalización de la construcción de la Ciudadela como fortaleza militar.

A finales de siglo XVIII se recuperó el uso para la ciudad y se estableció una escuela de diseño que se convirtió en la Academia de Bellas Artes, bajo la ampara de la Junta de Comercio y donde más tarde estudiaron jóvenes talentosos como Picasso o Joan Miró. También se estableció la Escuela Provincial de arquitectura por donde pasó Antoni Gaudí.

Desde 1886 es sede de la Cámara de Comercio de Barcelona, ​​la actual propietaria del edificio, continuando así la tradición de ser la sede del comercio y la industria de Barcelona.

Hasta su traslado al Paseo de Gracia en 1994 también fue sede de la Bolsa de Barcelona, ​​por ello, de forma popular muchas personas todavía la llaman el edificio de la bolsa.

Hoy en día, en el antiguo Salón de los Cónsules, se reúnen las personas encargadas de fijar el precio del cereal así como de la carne porcina de toda España.

Por todo esto y mucho más, vale la pena descubrir este maravilloso edificio lleno de historias y anécdotas que nos permite conocer un poco más la historia de nuestra ciudad.

Cadires al replà
Saló dels Cònsols

Como veis hay muchas cosas que hacer y ver en Barcelona. Si tienes ganas de que te cuenten tu ciudad o si vienes de fuera y quieres descubrir anécdotas e historias sobre Barcelona, ​​en Barcelonina te ofrecemos muchas opciones para poder descubrir tanto Barcelona como Cataluña en general.

Te podemos proponer opciones para hacer una visita de una mañana, una tarde o un día entero. Experiencias culturales, recorridos gastronómicos, paseos en bicicleta o con la comodidad de un vehículo con chofer, son ejemplos de lo que te podemos ofrecer para poderte hacer disfrutar de un buen rato a la vez que descubres hechos y espacios que no conocías antes. Contáctanos!